Hablamos con Xabier Mielgo Rubio, Servicio de Oncología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón
Hace diez años eran impensables las actuales largas supervivencias y la gran personalización de los tratamientos
Este mes de febrero hemos celebrado el Día Mundial Contra el Cáncer. El cáncer de pulmón sigue siendo el tumor con mayor impacto en términos de mortalidad. ¿Qué aspectos quedan por mejorar?
Hemos avanzado mucho en el conocimiento y tratamiento del cáncer de pulmón, especialmente durante los últimos años, lo cual ya está teniendo su reflejo en una reducción de la mortalidad. Sin embargo, todavía queda mucho margen de mejora. Un aspecto fundamental que nos va a ayudar a dar un nuevo salto en la mejoría de la mortalidad será la implantación del cribado de cáncer de pulmón, y para ello lo ideal sería afinar al máximo la selección de población sobre la que aplicarlo y seguir fomentando políticas de prevención primaria y que promuevan la abstención del hábito tabáquico.
¿Ha impactado la pandemia negativamente en la atención al cáncer? ¿Cómo se han vivido desde tu hospital las sucesivas olas Covid?
La pandemia nos ha afectado en casi todos los aspectos de nuestra vida, y también ha tenido su repercusión en la atención al cáncer. Por un lado, un gran porcentaje de casos no han llegado a ser diagnosticados o han tenido un diagnóstico tardío durante los últimos dos años. Probablemente, esto ha sido así en parte por la saturación del sistema de salud y la falta de accesibilidad a la atención primaria ante la situación de colapso que se ha vivido, al aumento de lista de espera en pruebas diagnósticas tras haber tenido que priorizar recursos por la pandemia y también en parte, al miedo a consultar o a acudir a los centros sanitarios. Otro aspecto que hemos vivido de manera dramática han sido las limitaciones de acompañamiento a nuestros pacientes durante los ingresos hospitalarios con el fin de reducir la posibilidad de brotes. Esto fue especialmente duro durante la primera ola y los ingresos por COVID-19, pero se ha prolongado hasta relativamente poco y lo hemos vivido como algo descorazonador tanto por parte de los pacientes y familiares como por los propios profesionales. En nuestro centro en particular, la primera ola COVID fue un “tsunami”, tuvimos que incorporarnos a los equipos de atención de pacientes COVID y tanto el hospital como el servicio tuvo que adaptarse rápidamente a algo desconocido. Tengo que decir, que para el caos que fue, se hizo muy bien, y como aspecto positivo, me llevo el hecho de que hubo una unión general de todos los trabajadores del hospital para conseguir dar la mejor atención posible en una situación crítica como aquella, que fue “una guerra sin bombas”. Las siguientes olas las hemos sobrellevado mejor, ya con nuevas rutinas y circuitos de atención adaptados, un aumento del empleo de la telemedicina, un mayor conocimiento de la enfermedad y la ansiada llegada de las vacunas para nuestros pacientes.
En nuestro centro en particular, la primera ola COVID fue un “tsunami”, tuvimos que incorporarnos a los equipos de atención de pacientes COVID y tanto el hospital como el servicio tuvo que adaptarse rápidamente a algo desconocido.
Entrando ya en otros aspectos, ¿Por qué te especializaste en Oncología y, más concretamente, en cáncer de pulmón? ¿Cómo ha cambiado el abordaje del cáncer de pulmón desde sus inicios hasta la actualidad?
La Oncología Médica me gusta porque es una especialidad que abarca muchos aspectos, es en parte, una medicina interna del paciente oncológico en la que además de las propias enfermedades que puede tener el paciente, hay que tener en cuenta las complicaciones que produce la propia enfermedad tumoral, así como las secundarias de los tratamientos oncológicos. Por otra parte, me gusta el trato con los pacientes y la oncología, es una especialidad muy humana, con un trato muy cercano, la relación médico-paciente es muy especial y en la fase tratamiento activo, se podría decir que somos los “médicos de cabecera” del paciente oncológico. El tercer aspecto que me hizo especializarme en Oncología es que se trata de una especialidad muy viva, con mucha investigación y mucho campo por seguir avanzando, lo cual supone un reto al que me gustaría contribuir. En cuanto a la especialización en cáncer de pulmón, fue por necesidad del servicio en un momento determinado que hicimos reorganización. Actualmente me encuentro muy implicado con esta enfermedad y me siento afortunado porque he podido ser testigo directo de los grandes avances que hemos tenido en los últimos 10 años, con una mayor personalización de los tratamientos, un gran arsenal terapéutico que poder ofrecer y una mejoría de los resultados que nos ha ayudado a mejorar la calidad y vida y a tener cada vez más “largos supervivientes”.
Respecto a los avances en cáncer de pulmón. Según tu criterio, ¿cuáles han sido los principales avances en cáncer de pulmón en los últimos años? ¿Qué aspectos se pueden mejorar?
Los principales avances en cáncer de pulmón han venido de la mano de la terapia dirigida con inhibidores tirosina quinasa frente a mutaciones driver y de la inmunoterapia, sobre todo en los estadios avanzados. A nivel de terapia dirigida, creo que todavía podemos mejorar el conocimiento y hallazgo de nuevas dianas moleculares, no solo en el adenocarcinoma de pulmón, sino también en histología escamosa y de células pequeñas, así como en el desarrollo de nuevos fármacos activos frente a los mecanismos de resistencia a los inhibidores que tenemos ya disponibles. Aunque ya hay algunos fármacos que se han posicionado en estadios tempranos, debemos seguir trabajando por intentar trasladar el beneficio de este tipo de fármacos a los estadios iniciales. En el campo de la inmunoterapia, creo que podemos mejorar la selección de los pacientes que van a tener un beneficio relevante con la misma, pero sobre todo, debemos intentar buscar la manera de aumentar el número de pacientes que consiguen el beneficio en supervivencia a largo plazo, así como seguir investigando en las estrategias de tratamiento a la resistencia a los inhibidores de los puntos de control inmune y consolidar el beneficio de la inmunoterapia en los estadios localizados y localmente avanzados.
Aunque ya hay algunos fármacos que se han posicionado en estadios tempranos, debemos seguir trabajando por intentar trasladar el beneficio de las terapias dirigidas en estos casos.
¿Cómo valoras las medidas de prevención primaria del cáncer de pulmón? ¿Crees que se está haciendo lo suficiente para frenar el tabaquismo?
Las medidas de prevención primaria son muy útiles y se ha hecho un gran esfuerzo con políticas para frenar el tabaquismo, pero, aun así, sigue siendo insuficiente. Debemos seguir concienciando sobre los perjuicios del tabaco, realizar divulgación sobre la exposición a radón domiciliario y medidas sencillas con las que poder reducirlo, promover políticas para disminuir la contaminación, etc., pero también considero necesaria la implantación del cribado del cáncer de pulmón.
¿Estás participando en la actualidad en algún estudio del GECP? ¿En cuál?
Estamos muy comprometidos con el GECP, que está realizando una gran labor investigadora e intentamos participar en todos los estudios que podemos, y tener así, la oportunidad de ofrecérselos a nuestros pacientes. Actualmente estamos participando en el Registro de Tumores Torácicos, el proyecto ATLAS, el estudio con inmunoterapia adyuvante NADIM-Adjuvant, el estudio THOMAS en carcinoma escamoso y el estudio LORLAPULM. Esos son los estudios del GECP en los que participamos y están actualmente activos en fase de reclutamiento.
¿Cómo valorarías la investigación en cáncer de pulmón en España? ¿Qué herramientas o palancas la ayudarían a mejorar?
A mi juicio, la investigación en cáncer de pulmón en España está liderada por el GECP, que está impulsando un gran número de proyectos de investigación que abarcan desde estudios observacionales hasta ensayos clínicos internacionales en colaboración con otras sociedades, y goza de muy buena salud. Creo que se está haciendo un gran trabajo y de calidad, y que hay grandísimos profesionales dedicados a esta patología que aportan su granito de arena, cada uno desde su consulta o laboratorio, participando en diferentes proyectos, de mayor o menor entidad, pero todos importantes, convencidos de que podemos mejorar entre todos, la atención a nuestros pacientes. En mi opinión, los factores que podrían ayudar a mejorar serían una mayor inversión pública en investigación biomédica y la universalización de la determinación de biomarcadores en todos los pacientes con cáncer de pulmón mediante técnicas de secuenciación masiva entre otros.
Actualmente desde mi hospital estamos participando en el Registro de Tumores Torácicos, el proyecto ATLAS, el estudio con inmunoterapia adyuvante NADIM-Adjuvant, el estudio THOMAS en carcinoma escamoso y el estudio LORLAPULM.
Y por último, ¿cómo ves el futuro del cáncer de pulmón? ¿lograremos vencerlo?
Soy optimista, el cambio que hemos vivido en los últimos 10 años ha sido una auténtica revolución. Hace diez años eran impensables los datos de largos supervivientes que tenemos en la actualidad y la gran personalización de los tratamientos con la que contamos hoy en día en cáncer de pulmón. Estoy convencido de que seguiremos mejorando día a día el manejo de nuestros pacientes y, si bien probablemente no lo vea desaparecer a lo largo de mi carrera (ojalá me equivoque), creo que cada vez más pacientes lograrán vencer al cáncer de pulmón, incluso en estadios avanzados, mejorando sus cifras año tras año.
BIO
Nací en: El Hospital de Cruces de Barakaldo, como media Bizkaia, pero soy jarrillero, que es como se nos llama a los de Portugalete.
Me formé en: Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Cruces, en Bizkaia.
Trabajo en: La Unidad de Oncología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, en Madrid.
Formo parte del GECP desde: El año 2012.
Lo que más me gusta es: disfrutar de mi familia y amigos, realizar actividades en la naturaleza, una buena comida con su sobremesa, ver los partidos del Athletic en compañía y viajar.
Me gustaría desterrar: la guerra, es el mayor fracaso del ser humano
Una curiosidad: aunque últimamente ando algo oxidado, toco la guitarra y he formado parte de una orquesta de guitarras durante varios años, la música es un ingrediente fundamental en la vida de mi familia