La microbiota puede marcar la diferencia en la respuesta del paciente a la inmunoterapia
Especial Simposio Traslacional GECP
Entrevista con la doctora Rosa del Campo, investigadora en el Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y participante en el estudio MIGRANT del GECP
• Estás especializada en el estudio de la Microbiota Humana. ¿Podrías explicarnos brevemente qué es y por qué está despertando tanto interés también en el ámbito oncológico?
El interés de los últimos años en el estudio de la microbiota con relación a la salud humana ha sido exponencial. Si bien existen evidencias sólidas de como este ecosistema microbiano condiciona nuestra salud desde el nacimiento, también existen lagunas de los mecanismos concretos. En el campo de la oncología el interés está basado en la farmacomicrobiómica, es decir como interactúan los microrganismos con los fármacos, ya que pueden aumentar o anular su efecto.
• Precisamente el Simposio Traslacional organizado por el GECP das a conocer los detalles del estudio MIGRANT que trasplantará microbiota fecal de pacientes que han respondido bien al tratamiento en estudio NADIM a otros pacientes. ¿Qué se intenta demostrar con esta estrategia?
Con la transferencia de la microbiota de pacientes que hayan respondido a la inmunoterapia, se persigue asegurar una respuesta positiva al tratamiento. La microbiota mantiene un diálogo continuo con el sistema inmune, cuya respuesta es clave en la inmunoterapia.
• ¿Cuál es tu papel en esta investigación? ¿Qué papel juega tu experiencia en microbiota en el desarrollo del estudio?
En nuestro grupo realizamos el trasplante de microbiota para tratar la infección recurrente por Clostridioides difficile desde 2015. La ONT es el organismo que regula ahora las terapias con microbiota, y nos ha nombrado centro de referencia de la Comunidad de Madrid. Nuestra mayor contribución es administrar cápsulas de microbiota liofilizada, lo que simplifica la posología enormemente.
• ¿Qué tipo de preparación requiere la microbiota antes de poder administrarse?
Las heces de los donantes seleccionados del estudio NADIM se recogerán en contenedores especiales que las preservan del contacto con el oxígeno, y de esa forma las bacterias se mantienen viables mientras se transportan a nuestro laboratorio. De la misma forma, las heces se manipulan dentro de una cabina de anaerobiosis que mantiene viables a las poblaciones anaerobias estrictas. El procesamiento incluye una suspensión con crio-preservantes, la eliminación de residuos sólidos como la fibra no digerida mediante centrifugación, y finalmente la liofilización para eliminar todos los restos de agua. Tras el procesado, la microbiota se encapsula en cápsulas gastroresistentes que se liberan en el colon.
• ¿Cómo podrían cambiar la forma en la que tratamos el cáncer de pulmón y otros tipos de tumores si se confirma que la microbiota influye en la respuesta a la inmunoterapia?
Las evidencias de las que disponemos sugieren una contribución de los microorganismos en esta terapia. Poder “acondicionar” la microbiota de los pacientes antes de iniciar el tratamiento, aseguraría una mayor tasa de respuesta, y por tanto esperamos mayores éxitos clínicos de la inmunoterapia. Otra importante faceta es poder predecir quien va a responder y quien no según su microbiota. Esta pregunta está siendo investigada en numerosos centros, para crear algoritmos de predicción de respuesta y/o toxicidad a la inmunoterapia.
• ¿Crees que en el futuro los tratamientos personalizados oncológicos incluirán también el perfil microbiológico del paciente?
Por el momento no es algo que se pueda asumir desde la rutina para todos los pacientes, pero si en verdad se demuestra la contribución microbiana a la respuesta a la inmunoterapia, esto pasará a ser obligatorio. También necesitamos incorporar una visión holística en la que un microbioma variado y saludable ayude a los pacientes a recuperarse de los tratamientos agresivos, y a estar bien nutridos para enfrentarse al cáncer.
• ¿Qué mensaje te gustaría lanzar a la comunidad médica y científica sobre el papel de la microbiota en la medicina del futuro?
Por el momento hay muchos aspectos de la microbiota que no conocemos suficientemente. Uno de ellos es como modular esta microbiota para que sea más saludable, o responda mejor a un tratamiento. En el futuro deberemos trabajar en el trasplante fecal 2.0 en el que en lugar de poner el ecosistema completo a partir de las heces de un donante, podamos administrar bacterias concretas o consorcios bacterianos controlados que nos eviten correr riesgos innecesarios a largo plazo.