Hablamos con Eloisa Jantus Lewintre, Jefa del laboratorio de Oncología Molecular de la Fundación del Hospital General Universitario de Valencia
“Hoy en día es impensable tener delante a un paciente con cáncer de pulmón y no analizar sus marcadores y otras mutaciones”
- ¿Por qué se especializó en Oncología y, más concretamente, en cáncer de pulmón?
El cáncer de pulmón es todavía un desafío y no hay que olvidar que es la primera causa de muerte por cáncer en ambos sexos. Una de las causas de esta estadística es que se diagnostica muy tarde, por lo que llevar el diagnóstico a los estadios más tempranos es el gran reto en este campo. Me interesa estudiar cuáles son los mecanismos involucrados en la patología y de qué manera se podría mejorar tanto el pronóstico, como las posibilidades de desarrollar nuevas terapias que mejoren la supervivencia de los pacientes.
“Creo que todavía nos queda por mejorar en el diagnóstico temprano.
Hay que intentar encontrar algún marcador en la población general,
una pista que nos haga ser capaces de seleccionar una
población de riesgo”
- ¿Cómo ha cambiado el abordaje del cáncer de pulmón desde sus inicios hasta la actualidad?
Ha cambiado mucho, desde la forma de entenderlo hasta la manera de diagnosticarlo y tratarlo. Hoy en día es impensable tener delante a un paciente con cáncer de pulmón y no analizar las mutaciones o alteraciones moleculares que tiene su tumor para elegir el mejor tratamiento. En este sentido, las biopsias líquidas se han convertido también en algo fundamental ya que nos permiten observar cómo se va comportando la enfermedad, si ha progresado , saber por qué ha fallado el tratamiento y encontrar otro más apropiado, si es que fuera necesario.
Además, en este momento, en nuestro centro, los investigadores participamos en las sesiones con los oncólogos y debatimos juntos las alternativas disponibles, en cuanto a tratamiento, fármacos u otras opciones. Antes este trabajo conjunto no existía.
- Según su criterio, ¿cuáles han sido los principales avances en cáncer de pulmón en los últimos años?
Poder disponer de nuevas técnicas que permitan saber las alteraciones presentes en el tumor en una muestra no invasiva como puede ser la sangre, que a su vez, nos permite ver cómo va evolucionando la enfermedad, supone un gran adelanto para el manejo clínico de los pacientes.
- ¿Qué aspectos cree que todavía se pueden mejorar?
Creo que todavía nos queda por mejorar en el diagnóstico temprano. Hay que intentar encontrar algún marcador en la población general, una pista que nos haga ser capaces de seleccionar una población de riesgo, con más probabilidad de desarrollar cáncer de pulmón. Así, podríamos mejorar en prevención.
Por ejemplo, el año pasado nuestro laboratorio participó en un estudio piloto analizando metabolitos en sangre. Logramos encontrar un perfil que permitía identificar cuáles eran los afectados por cáncer de pulmón y cuáles no, los pacientes de estadios más tempranos y los de estadios más avanzados. Nos gustaría seguir trabajando en esta línea y trasladar el estudio a una población más amplia. Además, también estamos colaborando en otro estudio que utiliza perros para detectar sustancias cancerígenas en el aire exhalado de las personas.
“La educación que se ha impulsado con respecto
a otros temas como el reciclaje debería imitarse
en el campo del tabaquismo”
- ¿Cómo valora las medidas de prevención primaria del cáncer de pulmón? ¿Cree que se está haciendo lo suficiente para frenar el tabaquismo?
No, hay mucho campo por explotar todavía. Creo que la educación que se ha impulsado con respecto a otros temas como el reciclaje debería imitarse en el campo del tabaquismo. Hay que empezar a inculcar a los niños en hábitos de vida saludable desde muy pequeñitos, y así poder evitar que estas generaciones empiecen a fumar.
- ¿Está participando en la actualidad en algún estudio del GECP? ¿En cuál?
Si, nuestro laboratorio colabora habitualmente con el GECP. Actualmente estamos haciendo las determinaciones de un estudio llamado SELINA donde se observan una serie de mediadores solubles en sangre para tratar de relacionarlos con el pronóstico del paciente y el tratamiento en segundas y terceras líneas.
“El cáncer de pulmón podría acabar por convertirse
en una enfermedad crónica si finalmente mejoramos el diagnóstico
y conseguimos desarrollar tratamientos menos tóxicos dirigidos
a una diana en particular”
- ¿Cómo valoraría la investigación en cáncer de pulmón en España? ¿Qué herramientas o palancas la ayudarían a mejorar?
El GECP siempre se ha caracterizado por liderar la investigación en cáncer de pulmón a nivel europeo. Tenemos un buen nivel y muchas publicaciones, lo que no siempre va de la mano con la inversión. Se invierte poco en la investigación en general y dentro de la oncología, el cáncer de pulmón es de los tumores en los que menos inversión en investigación hay. Nosotros nos movemos mucho y pedimos ayuda en fundaciones privadas pero el mecenazgo en España todavía no está muy instaurado. También creo que existe un margen de mejora en el tema de las ayudas públicas.
- Y por último, ¿cómo ve el futuro del cáncer de pulmón? ¿lograremos vencerlo?
Creo que el cáncer de pulmón podría acabar por convertirse en una enfermedad crónica si finalmente mejoramos el diagnóstico y conseguimos desarrollar tratamientos menos tóxicos como los que están dirigidos a una diana en particular. Si logramos esa cronificación, tendríamos pacientes capaces de vivir más tiempo con una buena calidad de vida, algo que en otras patologías, como el cáncer de mama, ya se ha logrado.
BIO
Nací en: Corrientes, en Argentina. A orillas del río Paraná
Me formé en: entre Argentina y España
Trabajo en: laboratorio de Oncología Molecular de la Fundación del Hospital General Universitario de Valencia, miembro de CIBERONC.
Formo parte del GECP desde: 2009
Lo que más me gusta es: El bricolaje y la repostería
Me gustaría desterrar: El hábito tabáquico
Una curiosidad: Acompaño a mis hijas a equitación, paso mucho tiempo entre caballos